LA COMIDA DE ITALIA ES AMPLIA, VARIADA. REFLEJO DE LA DIVERSIDAD DE SUS TERRITORIOS Y DE SUS GENTES, LA GASTRONOMÍA ES UNA EVOLUCIÓN DE SUS PUEBLOS. UNA LARGA HISTORIA QUE CONFLUYE EN LA FAMOSA DIETA MEDITERRÁNEA. IMITADA Y VENERADA, MAGIA Y PASTA DESEMBARCAN EN LA ZONA DE CONDE ORGAZ DE MADRID CON MASCOTAS COMO TESTIGOS.
No suele ser la mejor época del año para una inauguración la del verano. Muchos salen, y derivado de eso, el tráfico de gente y clientes disminuye. Sin embargo, la amplia oferta de viajes y destinos hace que estos meses ya no son lo que eran. Las escapadas se extienden incluso hasta octubre y noviembre y, con ello, muchas más personas se quedan ahora en la ciudad y aprovechan para conocer lo que hay nuevo en las cocinas.
La llegada de Giulietta, al mismo tiempo que el mes de junio, es una de esas oportunidades. El nuevo restaurante del Grupo Le Cocó viaja desde Italia con una propuesta que va a enamorar a los amantes de la cucina tradizionale italiana, y que, al igual que su hermana Fellina, desborda por su frescura y por la buena vuelta de tuerca de la tradición que sugieren.
Detrás de esta apertura, y al frente del grupo, se sitúan Esteban Arnaiz y Aynara Menchaca, junto a su socio Luis González, quienes caminan con éxito por el largo camino del negocio de la hostelería. No es azar si no trabajo duro, talento y una larga vida en el sector lo que se esconde tras una aventura que empezó hace apenas cuatro años con Le Cocó (Barbieri, 15), y tras el que llegaron El Columpio (Caracas, 10), Random & Anónimo Club y Fellina (Caracas, 21), hermano mayor de Giulietta, ampliamente conocido con su Lambretta aparcada en la puerta.
Además de encontrar mascotas bien educadas entre sus mesas, Giulietta tiene producto fresco, pastas y pizzas caseras en distintas preparaciones. En sus mesas –sin mantel pero con platos de loza y servilletas de cuadro verde-, se terminan los famosos Spaghetti alla Carbonara Originale siguiendo la receta auténtica romana, y se devorazan la Melanzane Parmigiana o la Pizza Napoletana Fritta.
La esencia de La Toscana está entre sus paredes con el verde pistacho, la transparencia y la luz como protagonistas; en sus bodegones gigantes con peperoncino, aglio e pomodoro secco; o en las vitrinas decoradas con pasta multicolor, hierbas aromáticas y aceite de oliva.
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