Las barras madrileñas han evolucionado, pero siguen siendo esos sitios por donde pasan auténticas delicias. De servir simples aperitivos a opciones de alto nivel, hoy se oferta una experiencia gastronómica completa.
Como amantes del buen comer (y del comer en barra porque a nosotros las barras nos encantan), hemos creado una lista de 6 restaurantes con ambientes para todos los gustos. Arte culinario y disfrute de platos exquisitos preparados al momento, aquí podrás charlar con el chef, con el barman o simplemente ver cómo trabajan el producto… que luego vas a devorar.
ARZÁBAL
La cocina artesanal contrasta con el dinamismo del ambiente en una atmósfera que te hará querer volver. Esencia de los típicos bares de tapas que, fusionándose con una copa de vino, te ofrece materia de primera calidad, elaboran platos con el mejor producto del mar sin perder de vista a las mejores carnes. Acude por todo, pero no olvides su jugoso pollo coquelette, las pochas con almejas, albóndigas de merluza o sus callos a la madrileña.
A'BARRA
Han buscado la excelencia por y para el cliente, fruto en forma de su temprana Estrella Michelín (a los seis meses de su apertura, en mayo de 2016). Abarra es una palabra que en euskera representa “un medio de transporte o carga de helecho y hierba”, asociando su nombre a esta conexión con los productos de la tierra. Dentro de su espacio cuentan con una gran barra ovalada de granito pulido y cuarzo rodeada de sillas altas que se conoce con el nombre de A´nomalo, joya por la que entra directo a nuestra selección. Desde aquí podrás degustar su menú degustación en grupo, una experiencia por la que desfilan platos excepcionales.
CASA ORELLANA
Esta taberna situada en el corazón de Madrid fusiona lo tradicional con lo contemporáneo, con versiones andaluzas y otras diferentes e igual de actuales. Ubicada en el barrio de Salesas, su carta está llena de platos auténticos como sus tapas de tortilla de camarones gaditana o sus guisos, presididos por sus callos con pata y morro. Ambiente relajado y agradable entre tapas o raciones, todas ellas acompañadas de flamenco en directo.
SALA DE DESPIECE
Más que un restaurante, es una experiencia culinaria en barra a cargo del Sr. Bonet. Cuentan con dos sedes -ambas de mismo gran ambiente-, espacios minimalistas y modernos que se mueven en torno a una barra donde los chefs elaboran los platos frente a los comensales. Su nombre se entiende mejor si se observan sus paredes, decoradas todas ellas con elementos relacionados con el despiece de alimentos. La carta es breve pero impactante, cuidando cada plato y su presentación de manera rigurosa. Entre sus clásicos, mención especial al chuletón cenital (no pienses en el típico chuletón porque no acertarás), el solomillo de tomate de navarra, la alcachofa atemporal o las trufas cárnicas.
VIRREY
Centrado en la tradición del norte de España, se erige como la mejor representación del Cantábrico en Madrid. Una barra semicircular forma el eje central del local, además de sus cuatro espacios diferenciados, uno para cada situación. Un lugar elegante y sofisticado gracias a sus tonalidades en madera, verde oscuro y manteles blancos donde pescados y mariscos, verduras de temporada de la huerta y las mejores carnes brillan por encima de todo.
BUGAO
Denominado “el templo del atún rojo” gracias a su chef Hugo Ruiz, su desenfadado espacio cuenta con dos plantas y mesas altas con taburetes, de decoración chic y estilo colonial, todo muy colorido. En la planta baja se encuentra la cocina más informal de su restaurante y en la planta alta un concepto más gourmet. En ambas, la tosta de tarantelo de atún rojo de Almadraba, trufa negra, tomate y soja es uno de sus platos estrella, aunque la ensaladilla rusa en mortero de gambas blancas, bogavante y tobiko rojo va a la par.
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