Una de las tapas españolas por excelencia es la ensaladilla. Aunque la receta se conoce popularmente como “ensaladilla rusa”, su origen es mucho más incierto de lo que podría parecer. Este 14 de noviembre se celebra el Día Mundial de la Ensaladilla Rusa, coincidiendo con el fallecimiento de Lucien Oliver (1838-1883), chef belga y creador de este plato.
Esta receta se hizo especialmente popular a partir de la década de 1950, años de la posguerra, cuando las versiones más económicas y accesibles comenzaron a hacerse comunes en los hogares y en las barras de los establecimientos. Estas versiones sustituyen los ingredientes más caros como caviar y marisco por otros más abundantes como la patata, la zanahoria, los guisantes o el huevo duro.
Su versatilidad permite que cada región o incluso cada familia tenga su propia versión. En algunas zonas, por ejemplo, es habitual incluir atún o aceitunas, mientras que en otras se opta por poner gambas o pollo. Las versiones más atrevidas cuentan con ingredientes como remolacha, aguacate o incluso maíz. Sin importar la receta, pues todas tienen sus fans, lo que está claro es que este plato ha sabido adaptarse a los tiempos y sigue siendo una de las opciones más queridas.
LA MARTINUCA
Las tortillas de la abuela Martina son toda una bendición, caracterizadas por ser finas, yemosas y amarillas. En su carta tanto para el delivery como para consumir en el local situado en la calle Barquillo cuentan con una ensaladilla que no debes perderte. Escondida bajo el nombre de “Ensaladilla No Tan Rusa”, se prepara con mayonesa de AOVE, bonito escabechado y se corona con piparras y huevo rallado. Entra en nuestra selección porque el escabeche y la piparra le confieren un tono ácido para este bocado de sensación ligera en combinación con su mayonesa.
LUZ DE LUMBRE
El segundo proyecto de Cata Lupu, también al frente de La Taberna de Elia, no deja de conquistar paladares con una informal oferta en la que las pizzas caseras y hamburguesas tienen un gran protagonismo. Si pensamos en un picoteo -antes de una de sus famosas carnes- que no falte la deliciosa ensaladilla. Nos cuenta Cata que se diferencia porque lleva más encurtidos de lo habitual. Para elaborarla cuecen la patata y zanahoria por separado, añaden pepinillo agridulce y pimiento rojo encurtido. La mayonesa casera -fundamental- la hacen con aceite de oliva y girasol y un toque de mostaza. Gran parte de su carta está disponible para llevar, pero la experiencia se vive mejor en cualquiera de sus agradables espacios.
DIVINA GILDA
Ubicado en el madrileño barrio de Chamartín, Divina Gilda cuenta con tres espacios diferenciados, pero complementarios -bar, bistró y tienda gourmet- que se suman a su acogedora terraza. Mucho más que pinchos, la carta del bar está centrada en los grandes clásicos taberneros donde conviven las cremosas croquetas de jamón ibérico Joselito, las sabrosas gambas rojas a la sal o la tradicional ensaladilla de ventresca de bonito y langostinos, reinventada con polvo de aceitunas y piparras. Una propuesta que no debes perderte.
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