El vestido lencero, también conocido como slip dress, es uno de los clásicos de la moda. Tiene sus orígenes en la ropa interior femenina de principios del siglo XX, específicamente en la década de 1920, inspirado en las prendas de dormir de la época. Diseñados para ser cómodos y elegantes, se popularizaron como una opción de moda para usar en la intimidad del hogar y en su época estaban confeccionados con telas suaves y delicadas como la seda y el encaje.
Con el paso del tiempo, comenzó a ser utilizado como una prenda exterior gracias a su estilo sensual y femenino. Su popularidad, que nació en 1934 como una forma recta y encontraba su edad dorada en los años 90, hizo que se convirtiera en un símbolo del estilo minimalista y chic de la época. Pasó de ser una prenda inspirada en la ropa interior a un elemento básico en las pasarelas, convirtiéndose en una tendencia de moda popular con iconos como Kate Moss, Sofia Coppola, Gwyneth Paltrow o Naomi Campbell devolviéndole el valor que la moda le debía. Acentuando curvas, en la actualidad su evolución ha llegado con combinaciones infinitas, diferentes longitudes y distintos materiales como el encaje que tanto destaca este verano 2024.
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