Desde Bodega Otazu llega ‘Genios de Otazu #2’, la segunda edición de un proyecto artístico y enológico que busca sintetizar y conjugar la labor creativa de un artista (en esta ocasión, Pablo Armesto), con el trabajo del equipo técnico de la bodega navarra. Un esfuerzo por unir arte y vino en dos fases: la primera, con la reinterpretación de una barrica y, la segunda, mediante la creación de una edición limitada de un vino. Metido en el papel, el artista participa del show de la vendimia, incluso en el ensamblaje o diseño, pues la etiqueta y la caja que contendrá la botella llevan su sello. Una escultura que combina la tradición del vino envejecido en barrica con la tecnología más avanzada que permite alumbrar esta obra interactiva. Un producto donde el visitante pueda dejar registradas las pulsaciones de su corazón a través de un dispositivo que transmite la propia escultura y que hace que las luces del interior oscilen en ritmo e intensidad.
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